Este antiguo barrio de pescadores es hoy en día un emblemático barrio de Barcelona abierto al mar, una curiosa arquitectura y mucho carácter. Una ciudad en miniatura (la Barceloneta), que ocupa la pequeña península que diseñó el Marqués de Mines a mediados del siglo XVII. Destino de gente llegada de todo el Mediterráneo en los años 50 del siglo pasado, se ha convertido en el punto de encuentro obligado de los amantes de la cocina marinera, con un gran número de establecimientos dedicados a la restauración y a la hotelería. El sol y el buen tiempo hacen que pasear por sus calles sea uno de los pequeños lujos de la ciudad.